
Entre tu torero corazón de relámpagos quietos…
Entre tu mentón oculto en tu pecho…
En la cálida ráfaga que viene de tu sincero muletazo…
Un día quiero ser tu sombra…
El “cuándo”, un Abril florido…
El “donde”, donde se acaricia una muerte cierta…
Junto a la puerta del príncipe más gitano y más torero…
Y moriré tranquilo ese día,
sin preguntar qué pasó…
Qué pasó entre tus sueños serenos…
Qué pasó en el temblor de las espigas...
Las que con temor te admiran…
Por tu solemne quietud…
La de un hombre que sereno espera…
Lo que viene por los ecos que acarician al toro…
Entre lamentos de hierros antiguos...
¡Qué telas en fuego encendidas mecen tus manos!
¡Qué enamorado encuentro ha de tocar al toro!
Mi torerillo del Alma,
Yo te adoro...