Por fuera soy hermoso,
temible y hermoso...
Tengo la piel de cuero dura,
pero por dentro tengo,
el pálpito de un alma brava...
Honro lo que corneo,
le doy elevación y verdad...
y al que me llevo entre mis astas,
lo pongo en la victoria por su valía...
Para llegar al Señor de luces,
hay que saber enfrentarme,
yo soy el miedo...
Y el anhelo torero.
Fabrico sueños de arte y valía.
Y ante un arco, sin dudas,
el que se arropa con el vértigo
de mis curvas de muerte,
entrego mi vida enamorada...
En la quietud sagrada,
la de una espera que sólo trae ecos...
ecos de muerte y gloria,
allí, me esperarás,
entregándome la vida en tus manos...
como un ángel de latón y azabache.
Mientras muchos miran,
desde una altura inferior,
los bienes tan grandes que posees...
los bienes tan grandes que no guardas...
Y te rezumas gota a gota...
rebosando sólo verdad y arte,
manantiales de almíbar y sangre...
¡Augusto aquel que sin fijarse,
en la muerte que traen mis astas,
ni en los frutos negros del luto,
que de mi aroma de expiración cuelgan,
llegue a mí caminando en torero,
trayendo sinceridad y quietud...
Porque le entregaré sólo mis ansias de vida...
con enamorada violencia encastada!
y el triunfo más bello de esta vida.
Lamborghini.
Dedicada a Maite Gastón del Amo, por su afición desmedida y por su fidelidad a sus recuerdos más profundos...
Va por ti Maite!!