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sábado, 11 de septiembre de 2010

Morante, ¿Quién fraguó tu porte torero?



Torerillo, mi frágil torerillo... 
Tú que te enciendes en tu propia luz...

Tú que te expones a las oscuras sombras...
Entre los trazos más bellos,
los de tu deslumbrante tauromaquia...

¿Qué mano inmortal, qué ingenio divino
pudo idear tu magistral figura?

¿En qué lejanas fraguas, 
en qué fuego se forjó la sutileza de tus manos?
¿Con qué alas te cincelaron,
para que te eleves así ante nuestros incrédulos ojos?

¡Oh mi príncipe torero!

¿Qué poder te otorgaron, para mecer así la fiereza de los toros?

¿Fue él quién te creó?
¡Sí, seguro que fue él!
Fue Dios todopoderoso...

En estancias del Arte talló los latidos de tu corazón torero...
Y al dar vida a los latidos de tu corazón,
le dio la Gracia a tus manos de seda...
Luego las engarzó a tus brazos toreros con muñecas de oro...

¡Qué piernas de aplomo, que pies de Albero te otorgó!
¡Qué rosario de venas toreras!
¡Qué sangre bendecida en los ríos puros de los cielos!
¡Qué misterio envuelto en los dolores de la pasión! 
¡Qué condena de acechos oscuros!

¿En qué horno se templó tu soberanía?
¿En qué yunque tu bronce torero?


¿Con qué magníficas formas osó dominar tu creador a los mortales?
¿Con qué terribles miedos nos encadena, 
cuando te acaricias frío y elegante con La Muerte?

Cuando los bramidos de venganza arrojan sus astas
y bañan los cielos con nuestras lágrimas...
¿Sonríe tu creador al ver su obra?


¿Quién te hizo, cordero de luces, quién te creó?
¿Fue Dios quien te fraguó?...
¿Quizás para dar luz a nuestras vidas con tu Arte?
O quizás para castigarnos con el miedo a perderte...

Cuándo acabó su obra,
¿cuantas veces la besó?
¿Cuantas lágrimas de felicidad derramó?

Torerillo, mi torerillo que te enciendes en luz divina...
Por los trigales dorados de la tauromaquia te seguiré por siempre...

¿Qué mano inmortal, qué ojo creador pudo imaginar tanto Arte?
¿Quién osó idear tu tauromaquia de impensables geometrías?


3 comentarios:

  1. Ese toro embebido, borracho de capote. Ese junco cimbreando en seda y azabache, deslumbrando, abrochando, meciendo veintipico mil almas. En qué fragua, dónde lo forjarían los dioses??

    Hermosísimo, Ignacio. Gracias, hermano. Te devuelvo la caricia. :))

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  2. Seguro que el creador sonrie, pero no sólo al ver la sombra del Maestro Morante, también al ver tu pluma cargada de arte, poesía y sentimiento, ¡qué don es el tuyo Ignacio!

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  3. Me siento como el agua mansa de un estanque... repleto de armonía y paz... dichoso, al ver como las más bellas de las aves, repletas de colorido y trinando melodías preciosas, vienen a beber de mis fuentes... y cuando remontan su grácil vuelo, dejan caer una pequeña pluma que se mece en el aire, posándose con suavidad en mis aguas... Esa pequeña pluma es para mí un mundo... Gracias por esas plumas que me dejáis en forma de comentarios... son mi mayor tesoro.

    Se os quiere con el Alma,

    Ignacio.

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Deportista de vida sana. Amante de la Naturaleza y naturalista, con conocimientos en micología, botánica y fauna... necesito la Montaña como respirar. Me alucinan los perros y los caballos. Me encanta leer y escribir. También me gusta mucho el dibujo y la pintura. Soy un apasionado de la Poesía española y de la literatura fantástica.

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